lunes, 29 de octubre de 2012

LOS ESTADOS QUE REALMENTE DETERMINAN LAS ELECCIONES SON LOS ESTADOS MENTALES DE LOS VOTANTES


ROSANGELA TEJADA RENTERIA

MAESTRANTE DE MARKETING POLÍTICO


Emoción, cognición y política

La cognición política ha sido un factor decisivo en la evolución de la humanidad, fomentando la cooperación y la toma de decisiones colectiva en la búsqueda de la supervivencia y el bienestar.

La cognición política está modelada por las emociones.

El procesamiento de la información (cognición) puede funcionar con o sin ansiedad (emoción) llevando a dos formas diferentes de toma de decisiones: racional, evaluando la nueva información o la rutina basada en experiencias anteriores procesadas en los mapas cerebrales.

Las emociones fuertes disparan los mecanismos de alerta que aumentan la importancia de la evaluación racional de la decisión.

Las emociones más importantes para el comportamiento político son el entusiasmo-depresión y el miedo-calma.

El comportamiento político está condicionado por dos sistemas emocionales: el sistema de predisposiciones y el mecanismo de razonamiento.

Los ciudadanos entusiastas siguen la línea del partido, mientras que los que están preocupados estudian con más detenimiento las opciones.

Los afectos positivos y negativos se relacionan con dos sistemas motivacionales básicos resultado de la evolución: aproximación y evitación. La aproximación tiene que ver con un comportamiento de búsqueda de objetivos que produce emociones positivas, dirigiendo al individuo a experiencias y situaciones que producen placer o gratificación. La evitación se vincula con las emociones negativas y tiende a proteger al individuo de los acontecimientos negativos.

La ira se conecta con el comportamiento de aproximación y la ansiedad con el de la evitación. Hay una relación entre ansiedad y aversión al riesgo y entre ira y asunción de riesgos.

La ansiedad es una respuesta a una amenaza sobre la que apenas se tiene control, y la ira es una respuesta a un acontecimiento negativo que contradice un deseo.

En una situación de gran amenaza, la ansiedad lleva a procesar la información cuidadosamente, a informarse mejor sobre el candidato que genera la ansiedad.

En un entorno de baja amenaza, se presta más atención a la información que evoca ira.

Los individuos son avaros cognitivos que buscan información que confirme sus creencias y costumbres.

Si las personas encuentran en su red social actitudes con las que coinciden, son más activas políticamente, mientras que las ideas contradictorias reducen la participación.

La actitud de los sujetos está influida por los sentimientos hacia otras personas de la red. Los sentimientos se construyen mediante la percepción de las emociones Las actitudes se producen al compartir practicas.

Algunas emociones tienen un papel importante en el proceso político: miedo y esperanza.

Como una de las características distintivas de la mente humana es la capacidad para imaginar el futuro, la esperanza es un ingrediente fundamental para activar los mapas cerebrales que motivan el comportamiento orientado al bienestar futuro como consecuencia de una actuación presente. Así pues, la esperanza es un componente clave de la movilización política.

Pero la esperanza también se mezcal con el miedo a que el candidato favorito pierda o decepcione a sus votantes. La esperanza y el temor se combinan en el proceso político, y los mensajes de las campañas se dirigen a estimular la esperanza y a instilar miedo al oponente.

No existe la política en general; siempre se trata de “mi política” –procesada por los patrones neuronales de mi cerebro y activada mediante las decisiones que articulan mis emociones y mi capacidad cognitiva- transmitida mediante mis sentimientos.

EMOCIÓN Y COGNICIÓN EN LAS CAMPAÑAS

Cada vez más estudios subrayan el papel del componente emocional en las campañas políticas. Una gran proporción de los votos se explican con dos variables: sentimientos hacia el partido y sentimientos hacia el candidato. Los ciudadanos más informados son quienes más responden a los anuncios emocionales.

Las emociones son un canal para transmitir argumentos.

La publicidad que provoca entusiasmo polariza las opciones, la que genera miedo aumenta la probabilidad de un cambio en las preferencias del espectador.

La información y la emoción están relacionadas. El contenido y los argumentos deben transmitir un mensaje general. Deben indicar a los votantes qué les debe causar miedo y esperanza y, en muchos casos, lo que los votantes deben hacer con dichos sentimientos. Las emociones envían señales para decir ¡Esto es importante!

Las emociones despiertan el razonamiento, enmarcan la comprensión y movilizan la acción bajo los marcos mentales transmitido por el mensaje construido.

Como la mente se va formando con la experiencia, la propaganda y las campañas políticas intentan conectar imágenes concretas con experiencias concretas para activar o desactivar las metáforas que pueden motivar el apoyo a un actor determinado.

Los ciudadanos toman decisiones gestionando el conflicto entre lo que saben y lo que sienten. Las predisposiciones y valores influyen más que el interés personal material. La gente tiende a creer lo que quiere creer.

La gente apoya al candidato que le provoca los sentimientos adecuados, no al que presenta los mejores argumentos.

Las creencias de las personas son el factor clave que determina la conducta política, y estas dependen de lo que los ciudadanos desean. Para cambiar sus creencias, tienen que cambiar lo que quieren.

El enmarcado de la mente 

Las historias más destacadas son aquellas que amenazan la seguridad de las personas o que infringían las normas sociales. Cuando se disparan los mecanismos emocionales del sistema de vigilancia del cerebro, se activan las capacidades de un nivel superior de decisión, lo que lleva a prestar una mayor atención a la información y a una búsqueda más activa de ella.

El enmarcado actúa a través de la estructura y la forma de la narración y por el uso selectivo de sonidos e imágenes.

El enmarcado de la opinión pública se realiza mediante procesos que se producen principalmente en los medios de comunicación: el establecimiento de la agenda (agenda setting), la priorización (priming, duración y repetición)) y el enmarcado (framing).

El enmarcado es el proceso de seleccionar y resaltar algunos aspectos de los acontecimientos o asuntos y establecer relaciones entre ellos con el fin de promover una determinada interpretación, evaluación y/o solución. Es un mecanismo fundamental de activación de la mente porque relaciona directamente la estructura de una narración transmitida por los medios con las redes neuronales del cerebro.

Los marcos no están fuera de la mente.

Los marcos que emplean términos con mayores resonancias culturales: palabras e imágenes que llaman la atención, son compresibles, fáciles de recordar y que incluyen una carga emocional.

Cuanto mayores sean su resonancia y magnitud, más probabilidades habrá de que el enmarcado evoque sentimientos y pensamientos parecidos en una audiencia más numerosa.
Los marcos están organizados en paradigmas: redes de esquemas habituales que aplican analogías procedentes de historias anteriores a los acontecimientos nuevos. 

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