lunes, 13 de agosto de 2012

La confianza política en extinción


En el proceso electoral de nuestro país debemos estar atentos de las personas y las propuestas.

No tengo mucho tiempo de ver cómo la historia se repite, pero he llegado a concluir que, al igual que las religiones, los partidos no están exentos de verse perjudicados por sus integrantes.

Es excepcional lo que está escrito como políticas internas, pero la práctica dista de lo que deseamos.

No caigamos en el fatalismo de aceptar que todo está perdido. Si algo anda mal la responsabilidad va más allá de los partidos. No son dos o setenta años los parámetros para acusar a un partido o al gobierno, es la medida para comprender que son los hábitos individuales, y por tal razón los colectivos, los que hacen de México un paraíso con toques un tanto infernales.

Espero que elija una persona que tenga como principio el mejoramiento personal, una persona congruente, pues luego de elegir a simpáticos personajes analfabetas es cuando lamentamos nuestra ligereza al emitir juicios o el voto.

No malentienda mis palabras. Para confiar es nuestra obligación cuestionar a los que pretenden representarnos. La confianza no significa aceptar a ciegas, significa compartir la voluntad para emprender proyectos.

Ahora entré en un tema que lo tengo recurrente hace días, y es que en nuestro país olvidamos el valor de la representatividad. Los gobiernos no son de un partido, son de los ciudadanos. Los gobiernos se encabezan para abanderar a un grupo, no para “endiosar” al que lo representa.

Todos queremos confiar, pero necesitamos a alguien que cumpla con las condiciones para que se dé el delicado proceso. Queremos confiar, pero poco hacemos para ser confiables.

Ha sido extenso mi tratado sobre la confianza en el político, pero no es un tema que requiera menos cuidados, al contrario, los que hacemos marketing político sabes lo difícil de hacer campañas cuando el candidato es poco confiable.

También como electorado somos duales, por un lado hablamos hasta por los codos de lo malos que son como candidatos y gobernantes, pero cuando los tenemos de frente, cuando estamos en el sufragio, nuestra única y miserable reacción es el sometimiento.

Confío en que no falta tanto para comprender que los errores que se repiten tienen consecuencias mayores que cuando se ignora el resultado. Tengo fe y no de la que nos enseñan en el catecismo, sino en ese estado psíquico en el que se le ordena a todo el cuerpo trabajar por un objetivo, en lugar de esperar milagros.

En los negocios, en las relaciones personales y en la política, la intuición razonada nunca falla. Lo invito a confiar, pues tal y como lo advierto en un poema, esta vida es un eterno confiar y confiar, aunque en esta ocasión digo que hay que aderezar la confianza con mucha acción, tanta como la pasión de un equipo de campaña.


NEIDE REYES HANDAL

La ironía de la tecnología en el siglo XXI

Año nuevo, vida nueva, reza un proverbio del corolario popular. Ahora trasladando la frase al cambio de siglo veremos las variantes tan contradictorias que conlleva la tecnología y sus usuarios.
Iniciaré con el uso de la telefonía celular, si bien es cierto que la tecnología debe fomentar el acceso y facilidad de comunicación, por ende de las relaciones humanas, lo difícil de creer es la angustia que se apodera de la población para hacerse de un teléfono móvil.

Los pobres, que cada vez son más, podrían estar lejos de poseer algún artilugio tan secundario como el celular, sin embargo y como ejemplo la situación de alguien que gana menos de 50 pesos diarios, tiene un celular de mil pesos y le ha puesto una recarga mínima de tiempo aire de 30 pesos. Ilógica la aplicación financiera de los pobres, donde la situación primera a remediar no es el uso tecnológico de la comunicación, pero si muchos otros rezagos. Espero no piense que estoy en contra del acceso de las clases marginadas, estoy en contra de la contradicción misma, de la irónica situación de aparentar lo que no se es.

Para los que cuentan con recursos el celular también los aprisiono con la artimaña de la innovación, del estatus, de la ociosidad, prueba de ello es la cantidad de celulares que ha tenido un solo individuo, o imagine que ahora los padres de familia le regalan a sus hijos menores de 5 años tecnologías como la de un celular, espero estén programados para a los 10 años comprarles un vehículo, o mejor aún, espero que les hayan enseñado la forma de cosechar el dinero que se dan de los arboles.

Pasaré al sistema que ha permitido la subutilización de la mente en muchos países, la televisión y los sistemas de cable. Nada más incongruente que cientos de familias programen un porcentaje del ingreso familiar consecuencia de la necesidad del esparcimiento que se da desde un sofá y con el pequeñísimo esfuerzo de dar clic a un botón.

Luego están las computadoras, las de escritorio peleando con las portátiles y al parecer las ultimas están ganando la batalla, cuantas computadoras se encuentra en una familia promedio, quizás existan 3, es verdad que muchas familias no poseen una sola, pero ahí es donde radica el problema, donde la puerca tuerce el rabo y se cuestiona si la computadora es un complemento a la actividad humana o se volvió un arnés para sujetar las incapacidades.

El caso anterior se refleja también en el transporte, coche por individuo, familias con hasta 3, trayectos pequeños realizados en vehículo, paseos y cortejos, moteles rodantes, y en el transporte colectivo poco se hace por la eficiencia, la tecnología la modernización, si no fuera esfuerzos como el metro, la oruga, los camiones urbanos de biodiesel en Chiapas, seguiríamos adoleciendo muestras de mejoras en la materia.

Pero la tecnología no solamente se adentro en lo que hacemos, también en lo que comemos, transgénicos y químicos componen la dieta, sin embargo lo que me preocupa no es la democratización de los productos alimentarios del nuevo siglo, me perturba los hábitos de los pobladores, que coloquemos en primer lugar una coca-cola a un jugo natural, que pensemos que un desayuno nutritivo es un Starbucks y que además pidamos a gritos franquicias que provean de dichos satisfactores.

En el esparcimiento queda claro que ahora visitamos las remembranzas artificiosas de lo que existió, la tecnología permitió crear copias de lo verdadero, ahora nos divertimos en la simulación, en lo ficticio, utilizando un Wii para hacer ejercicio, un chat para platicar con alguien y un perfil para tener personalidad.

Cierro criticando las tecnologías crediticias, las que ahora te persiguen y acosan hasta en la bañera, las mejoras nos convirtieron en esclavos de los compromisos adquiridos y en secuestrados de los mensajes bancarios. Felicito también la maravillosa idea de poner 24 horas disponibles los ahorros o créditos, los cajeros automáticos revolucionaron la fluidez monetaria, pero en términos bancarios, seguimos siendo los usuarios a los que nos hacen el favor, a los que nos dejan esperando de pie por muchas horas, a pesar de que en la nota de prensa motivo de la inauguración, el gerente recalcó en número de cajas abiertas, aunque ahora que usted y yo acudimos solo estén funcionando 2.
NEIDE REYES HANDAL